jueves, 27 de septiembre de 2007

Bernardette, envuelta en Santidad

Sus orígenes familiares
Bernardette era la mayor de varios hermanos. Por la condición humilde de sus padres vivían en un viejo sótano en un molino extremadamente húmedo y miserable. Su padre tenía por empleo en el momento de las apariciones juntar la basura del pueblo y del hospital; su oficio era molinero, pero la escasez de trabajo hacía imposible hacerlo. Su madre era una mujer piadosa y preocupada que trabajaba de costurera.

Su niñez
Desde muy pequeña, Bernardita vivió con una salud delicada. La causa era la falta de alimentación, y el lamentable y pobre estado de la habitación donde residía. En la niñez sufrió la enfermedad del cólera que la debilitó sumamente para luego contraer asma. El clima y el ambiente en que residían no la ayudaba en su sensible condición.
Bernardette de pronto oyó un extraño ruido. Pensó que se trataba de una tormenta que pronto llegaria al lugar. Pero prestando mejor atención, se dió cuenta que el ruido provenía de una gruta cercana a la que llamaban Masabielle. Se quedó mirando hacia ese lugar, pues le extrañó que a la entrada de la gruta las matas de rosales sin flores se movieran insistentemente como si el viento las agitara, pero lo extraño del caso es que no habia viento.
En el momento en que trataba de ordenar sus pensamientos vio que del interior de la gruta oscura emergia un resplandor, seguido de una nube de un suave color dorado. En ese momento una Señora joven y bella salio de la misma y se quedó parada a la entrada de la gruta y encima de las plantas de rosas. Ella le sonrió a Bernadette y con una señal le pidió que avanzara hasta Ella. En ese momento Bernardette olvido el miedo que le habia provocado el ruido anterior y se arrodillo dándose cuenta que esa aparicion tenía un significado especial. Comenzó a rezar el rosario acompañada de las palabras de la Señora que seguía alli sobre los rosales rezando solo el Padre Nuestro y el Gloria. Silenciosamente la Señora entró nuevamente a la gruta y desapareció.
Las Revelaciones y su ingreso al Convento de Nevers

Bernadette Soubirous
El 11 de febrero de 1858 recibe por seis meses las revelaciones de la Virgen María en la advocación de la Inmaculada Concepción. Bernadette poseía poca instrucción, como la mayoría de su pueblo, y las dudas acerca de su capacidad para haber leído o inventado semejante suceso valieron la atención del sacerdote del lugar. Bernadette encontró supuestamente por indicación de la Virgen un manantial de agua supuestamente milagrosa. En el lugar se levantó el Santuario de Lourdes donde desde entonces han ocurrido al menos 66 curaciones inexplicables para la ciencia. Tras las apariciones, en julio de 1886, comenzó su noviciado en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers y el 22 de septiembre de 1878 pronunció sus votos.

Su estadía con las Hijas de la Caridad de Nevers
Entre las monjas, Bernardette sufrió no solo por su mala salud, sino también a causa de que la Superiora no creía en sus enfermedades, la joven cojeaba, y fue reprendida varias veces e incluso no la dejaba salir de su celda, pues decía que quería llamar la atención. La realidad era otra, Bernardita sufría de un tumor en su pierna. Pero no por ello cejó en su trabajo, se dedicó a ser enfermera y sacristana por nueve años, hasta que no pudo más por los agudos ataques.

Su muerte y la incorruptibilidad del cadáver
Poco tiempo antes de morir, llegó un obispo que iba camino de Roma. Bernadette escribe una carta al Santo Padre para que le enviara una bendición. El Obispo llevó la carta a Roma y al regresar de la Santa Sede este Obispo le trajo una especial bendición del Papa y un crucifijo de plata que le enviaba de regalo, era el 15 de abril de 1879. Al día siguiente, el 16 de abril de 1879, con apenas 35 años, murió. A su funeral asistió una inmensa muchedumbre llegada de toda Francia. El 2 de septiembre del año 1909 su cadáver fue desenterrado y hallado en perfecto estado de conservación, no obstante el crucifijo y rosario que llevaba en las manos se encontraron cubiertos de oxido. En el año de su beatificación, efectuada el 12 de junio de 1925, se realizó una segunda exhumación del cuerpo, el cual seguía sin descomponerse (incorrupto),
El cuerpo fue trasladado a la capilla de Sant Bernadette en el convento de Nevers, depositado en un ataúd de cristal, donde es objeto de visitas y peregrinaciones.